SE acuerdan de cuando uno era chico y se "disfrazaba" con los zapatos de alguno de sus padres..
en ese entonces (el disparador fue ve a uno de mis hijos hacerlo) era probar ser algo distinto.. desde el juego.. algo tan divertido.. era una cuestion de simple equilibrio.. era estirarse a algo mas.. era ver cuan lejos uno llegaba..
Pucha que ejercicio dificil es ahora y no por una cuestion de mero equilibrio.. tantas cosas pesan sobre nosotros, que nos dificultan el ponernos en los zapatos del otro. Igual sigo jugando a hacerlo (no se si me sale muy bien) pero vale la pena entender a la persona que tenemos enfrente no?
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